Los vecinos de Otañes no descartan movilizarse en contra del derribo de la presa del río Cabrera, decidido por la Dirección general de agua, dependiente del Ministerio para la Transición ecológica, y que ha sido comunicado al alcalde pedáneo Jorge Cuevas por la empresa que va a ejecutar las obras, este pasado miércoles.
Según la explicación trasladadas al pedáneo, “las presas responden a antiguas concesiones de molinos o hidroeléctricas que actualmente están caducas y tienen que revertir al Estado, dando así cumplimiento a los plazos contemplados por la Ley de Aguas. Se trata de favorecer, desde un punto de vista ecológico, la conectividad de los ríos y facilitar la vida en ellos de diferentes especies, eliminando obstáculos que no tienen amparo legal”.
Ante esta situación, el Presidente de la Junta vecinal de Otañes cree que la Confederación Hidrográfica “podría valorar otras alternativas menos agresivas con el estado actual del río y mantener el pozo cómo está, habilitando un pequeño caudal que evite el salto del río”.
Cuevas considera que esta presa “es una parte de nuestro pueblo con gran atractivo para vecinos y visitantes que se intenta mantener en buen estado”.
De momento, las conversaciones mantenidas con los responsables de la Confederación han sido “estériles” por lo que el derribo previsto continúa adelante.
Los vecinos no descartan llevar a cabo movilizaciones ciudadanas que impidan que las máquinas entren en la zona y apelan a otras actuaciones relacionadas con la limpieza del cauce del río.