Tras la aprobación unánime ayer en el Parlamento de Cantabria de la proposición no de ley presentada por el PP para pedir al Gobierno de Cantabria que mantenga abierto el Centro de día de Castro hasta el día antes en que comiencen las obras previstas de reforma, que garantice la permanencia de los puestos de trabajo actuales y que busque un emplazamiento provisional en el municipio mientras se ejecutan los trabajos, hoy hemos pulsado el sentir de los trabajadores . Para ello hemos charlado con el responsable del Centro de día, el castreño Alejandro Helguera, que nos ha dicho que están “expectantes porque el tiempo apremia y no hay mucho margen de maniobra”.
Se ha mostrado muy agradecido por el apoyo ciudadano tanto de los vecinos castreños como el apoyo que les están trasladando desde fuera del municipio, y valora los gestos políticos tanto del Pleno del Ayuntamiento como del Gobierno de Cantabria pero no recuerda que “ el órgano competente, quien tiene que ejecutar las medidas es el ICASS y todavía no ha dicho nada”. Además, de haber acuerdo “hay que materializarlo y atarlo todo bien para que en unos meses no nos veamos en la misma situación de querer trasladar a unos usuarios, lo que va en contra de los principios del servicio”.
Alejandro Helguera dice no comprender muy bien que pese al posicionamiento unánime del Parlamento regional, el ICASS mantenga un enrocamiento”, al no haber llegado aún a un acuerdo por el “enquistamiento” que parece haber por parte de la Administración en su negociación con la empresa, o de atender algunas de las soluciones planteadas desde la Alcaldía de Castro. Al respecto, ha recordado que la alcaldesa Susana Herrán se ha reunido en Consejería y ha ofrecido soluciones, como el poder utilizar la planta baja de la Residencia municipal de la tercera edad, “que sería lo menos traumático porque estamos en la misma finca”.
Helguera ha manifestado que como trabajadores, conocen perfectamente que son personal de una empresa privada, que presta un servicio público, y que, al igual que los usuarios , se han visto afectados por las decisiones que se han tomado. A día de hoy sigue sin haber constancia oficial y por escrito del cierre del Centro y les gustaría que «el ICASS especificase cuál es la situación para saber, por ende cuál es la nuestra, porque dice que el Centro no se cierra, que van a hacer unas obras, ¿ y qué pasa con el servicio?».
El responsable del Centro de día ha censurado la forma “muy fea” en la que los trabajadores, con diez años en sus puestos, se enteraron del cierre por el familiar de un usuario. “Fue un sock”. Respecto a los usuarios, muchos de ellos tienen deterioro cognitivo pero otros, alguno de ellos, con 90 años, “son muy conscientes de la situación y te dicen que no se quieren mover, que el Centro de Día forma parte de su vida, y nadie entiende por qué hay que moverles cuando ni siquiera hay una fecha prevista para el inicio de las obras”.