El Ayuntamiento de Castro Urdiales ha contratado los servicios de una empresa para realizar un máximo de seis catas de 1.5×1.5×2.5 metros en el Parque del Campillo (Barrio de Santullán) a fin de localizar un posible depósito no autorizado de residuos (restos de placas de fibrocemento. Los trabajos serán ejecutados por Amiantec 3.000 S.L y tienen un coste de 5.460 euros. Así se recoge en el portal de transparencia de la web municipal.
Esta actuación tiene que ver con el expediente abierto por el Ayuntamiento a la Junta vecinal de Santullán para la restauración de la legalidad por presuntas irregularidades cometidas por la Junta durante la ejecución de las obras de la fase I de saneamiento que fueron adjudicadas en agosto de 2019 a la UTE GICSA COBOSA, y que aún no han concluido por las diferencias surgidas entre la empresa y el consistorio.
La Fiscalía de Cantabria también mantiene abierta una investigación en torno a estas obras de saneamiento.
Las obras objeto de expediente están relacionadas con la creación de un parque público que, según el Ayuntamiento castreño, se ejecutaron sin estar contempladas en el proyecto ni autorizadas por el ingeniero municipal que llevó la dirección de obras. No contaban con licencia ni con autorización de la Confederación Hidrográfca ni permiso de la Comisión regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo al estar en suelo rústico, según explicó hace meses el edil de Urbanismo Alejandro Fernández.
Por la gestión de los residuos que se depositaron en la zona del parque del Campillo, la UTE ha reclamado al Ayuntamiento 26.000 euros “que no han sido gestionados por un gestor autorizado y que la Dirección de Obra no contempla pagar”, según manifestó Fernández.
Por su parte, el alcalde de Santullán asegura que fue el director de obra, funcionario municipal, quien le solicitó si podía poner a disposición de la empresa unos terrenos para depositar los residuos de la obra.
Asegura Julián Revuelta que en todo este asunto lo único que le hizo firmar a la empresa contratista es que el terreno donde iba a echar los residuos quedase plano y que echase una capa de tierra para dejarlo limpio y bien. Posteriormente, la Junta colocó 6 bancos y 4 papeleras.