Castro Urdiales pierde uno de los establecimientos hosteleros más longevos en donde se organizaron todo tipo de celebraciones y en cuyas habitaciones se alojaron multitud de turistas.
Tras 93 años de andadura, el Restaurante Pensión La Marina en la Plazuela de Castro Urdiales ha cerrado sus puertas. El paso del tiempo y el no haber podido prorrogar un año más el contrato con los dueños del inmueble hizo que Ricardo decidiese jubilarse a principios de este mes, poniendo así fin a una etapa de su vida a la que se ha dedicado con entrega y mucho sacrificio.
Al echar la vista atrás afloran multitud de recuerdos, de anécdotas, buenos momentos y otros en los que hubo que capear situaciones más difíciles.
Ricardo Castillo y su esposa Laura Trenco han pasado hoy por Onda Cero para recordar y hacer balance de lo que La Marina ha supuesto en sus vidas. Puedes volver a escucharles en este enlace: https://www.ivoox.com/marina-ricardo-laura-audios-mp3_rf_162546412_1.html
El restaurante, que abrió sus puertas en 1932, ha pasado por tres generaciones. Desde sus comienzos con los abuelos de Ricardo que vinieron de Cuba, después sus padres y tíos y luego ya en solitario con Laura durante 27 años.
El Cordobés y Luis Aguilé
Bodas, bautizos, celebraciones especiales y reuniones de asociaciones… por La Marina han pasado miles de personas. Turistas extranjeros en los años 50 y 60, que hacían pensión completa; famosos como el entonces novillero El Cordobés o el cantantes Luis Aguilé. De todos ellos, Ricardo guarda gratos recuerdos lo mismo que los olores de su infancia en el restaurante con la cocina de carbón, o Laura algunos más cercanos con los caracoles, los calamares o la sopa de pescado.
Laura, madrileña de nacimiento y de madre castreña enseguida se hizo al negocio hostelero. Al igual que Ricardo, agradece profundamente a los empleados que han trabajado con ellos porque además de la relación laboral ha habido una relación de familia. Uno de ellos, Sergio que ha estado con ellos 25 años.
Agradecimiento que también hacen extensivo a toda la clientela que ha pasado por el restaurante.
La entrega en todos estos años deja ahora paso a la jubilación, a viajar, pasear o pescar.
No es el final que hubieran deseado pero ya es el comienzo de un nuevo capítulo, lejos de un establecimiento que quedará en la memoria de castreños y veraneantes por su aportación a la hostelería de Castro Urdiales.

































