A petición de la nueva dirección del norte del grupo ALSA, los trabajadores del Castrobus han decidido suspender y aplazar los paros convocados desde hoy jueves hasta mediados de febrero “como gesto de buena voluntad y de alternativa para poder alcanzar un acuerdo definitivo que dé conclusión a este largo conflicto”.
En un comunicado, el sindicato cántabro de asalariados del transporte (SCAT) asegura que la nueva dirección de la zona norte del grupo ALSA, de la que forma parte la empresa Bus Castro Urdiales S.L, adjudicataria del servicio municipal de transporte, “parece que tienen interés en desbloquear el conflicto laboral” que se inició en julio del año pasado.
Así, explican que la empresa “ha devuelto el dinero descontado de más en las nóminas de los trabajadores por los paros de dos horas de una parte de los trabajadores (aún faltan algunos sin devolver) consistente en descontar más de 300 € al mes cuando deben ser 50 €/mes por término medio y trabajador. Hechos que están demandados ante el juzgado de lo social por vulneración de Derechos Fundamentales, dado que el objeto de esa actuación empresarial era mermar el ánimo de los trabajadores y la capacidad y eficacia de la huelga”.
En segundo lugar, “han comenzado a reparar algunas cuestiones planteadas por los trabajadores en materia de prevención de riesgos y seguridad, como los habitáculos de conducción”.
Además, el sindicato dice que “se ha abierto la posibilidad de negociación de los servicios especiales nocturnos que la empresa pretende imponer, cuando son, precisamente, servicios especiales que no están dentro del Pliego de Condiciones del contrato de adjudicación”.
Por todo ello, los paros no se desconvocan sino que se aplazan hasta mediados de febrero, ya que consideran que “es tiempo suficiente para alcanzar acuerdos relativos a la parte de prevención de riesgos y seguridad de los vehículos, como de la parte estrictamente laboral referida a los servicios especiales nocturnos. De no ser así, sería muy decepcionante para todos y continuarían los paros”, aseguran.
El sindicato recuerda que la actual situación de desperfectos, desgastes y deterioros en los vehículos demuestra “la evidencia de no estar en condiciones para prestar un servicio público adecuado y digno, que ha dado lugar a bajas por incapacidad laboral de carácter musculo-esquelético en los trabajadores”.
Por eso, “la reparación que se pretende no deja de ser un parche, pero que soluciona en parte y temporalmente las carencias en prevención de riesgos laborales y de seguridad en los vehículos para los trabajadores”.
El sindicato busca el “pleno cumplimiento” del Pliego de condiciones del contrato y la renovación de los autobuses que ya deberían haberse sustituido por otros nuevos. Una reivindicación, reconocen, que supera el ámbito laboral pero que supone defender la salud e integridad física de los trabajadores y una mejora del servicio.