Cantabria cerró el año 2022 con un aumento del 12,1 por ciento de los delitos esclarecidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que han pasado de 8.302 en 2021 a 9.306 en 2022. Un aumento similar se ha producido en las personas detenidas y/o investigadas, con un incremento del 16,4%.
La delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones, ha destacado el trabajo que desarrollan los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Cantabria, tanto la Policía Nacional y la Guardia Civil como las policías locales, porque «todos los cuerpos trabajan de forma coordinada y conjunta para garantizar la paz social, la convivencia y la seguridad».
En Castro Urdiales, la tasa de criminalidad se situó en 49 por cada 1.000 habitantes, y las infracciones penales conocidas disminuyeron un 4,5%.
La tasa de criminalidad en Cantabria se sitúa en 40,5 infracciones penales por cada 1.000 habitantes y coloca a la Comunidad Autónoma como la octava más segura de España, por detrás de Extremadura (30,4), Asturias (32), Galicia (35,3), Aragón (36,4), Castilla y León (36,7), La Rioja (36,9) y Castilla La Macha (39,4).
Cantabria se encuentra 8,5 puntos por debajo de la tasa de criminalidad del conjunto del país, que se situó al cierre de 2022 en 49 infracciones penales por cada 1.000 habitantes.
LA CIBERDELINCUENCIA SUPONE EL 20,3% DE LAS INFRACCIONES
En el Balance de Criminalidad, los indicadores se han subdividido en dos categorías: la criminalidad convencional y la cibercriminalidad. Con ello, el Ministerio del Interior quiere tener una mejora radiografía del fenómeno de la delincuencia a través de internet.
Así, en el caso de Cantabria, de las 23.713 infracciones penales conocidas en 2022 un 20,3% fueron estafas informáticas y ciberdelitos, concretamente 4.817. Esto supone un 27,4% más que en 2021 y un 130,9 % en comparación con 2019, año respecto al cual se han incrementado un 146,7 por ciento las estafas informáticas a personas de la comunidad autónoma.
En cuanto a la criminalidad convencional, se conocieron en 2022 en Cantabria 18.896 infracciones penales, lo que supone un 17,3% más que en 2021 (16.112) y un 18,2% más que en 2019 (15.987). Comparando con el año anterior, los homicidios dolosos y asesinatos consumados descendieron un 75%, las sustracciones de vehículos cayeron un 35,7% y los delitos por tráfico de drogas se redujeron un 14,6%.
Por el contrario, registraron una tendencia al alza los delitos contra la libertad sexual, con un aumento del 21,7% y especialmente los de agresión sexual con penetración, con un 47,1% más. Este aumento se tiene que poner en relación a las activas políticas de concienciación y de reducción de la tolerancia social frente a este tipo de delitos, lo que se traduce en una mayor disposición de las víctimas a denunciar y reduce los niveles de infradenuncia existentes en estos tipos penales.
Se incrementaron también los delitos graves y menos graves y riña tumultuaria (25,5%), los robos con violencia y/o intimidación (26,8%), los robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones (11,3%) o los hurtos (27,8%).
MUNICIPIOS CON MÁS DE 20.000 HABITANTES
Por otro lado, el Balance de Criminalidad recoge los indicadores de seguridad de los municipios mayores de 20.000 habitantes (se tiene en cuenta la población empadronada y no la vinculada), que en el caso de Cantabria son Santander, Torrelavega, Camargo, Castro Urdiales y Piélagos.
En Santander, se cerró 2022 con una tasa de criminalidad de 43,2 infracciones penales por cada 1.000 habitantes y el total de delitos conocidos se incrementó un 21,6%. Mientras, en Torrelavega la tasa de criminalidad se situó en 41,5 y las infracciones penales conocidas subieron un 23,7%.
En el caso de Camargo, la tasa de criminalidad al cierre de 2022 fue de 49,1 infracciones penales por cada 1.000 habitantes y el aumento de los delitos conocidos fue del 11,4%.
En Castro Urdiales, la tasa de criminalidad se situó en 49 y las infracciones penales conocidas disminuyeron un 4,5%. Finalmente, Piélagos cerró el año con un tasa de criminalidad de 31,1 infracciones penales por cada 1.000 habitantes y los delitos conocidos aumentaron un 27,7%.