El consistorio castreño ha iniciado hace unos días las obras de restauración del Cargadero de Dícido, ubicado en la junta vecinal de Mioño. Unas obras de restauración y conservación integral que, «suponen una muy buena noticia para el mantenimiento del rico patrimonio de nuestro municipio”, destaca la alcaldesa Susana Herrán.
Tras la adjudicación del contrato de obras de restauración y conservación integral del cargadero de Dícido a favor de la única oferta presentada por UTE Audeca, S.L.U.-Civis Global, S.L.U. por importe de 1.055.102,75 euros más IVA, lo que asciende a un total de 1.276.674,33 euros, ya se han iniciado los trabajos.
Unas obras que durarán 2 años y 8 meses.
El objetivo de la restauración del cargadero es «su puesta en valor, manteniendo los valores técnicos y socioculturales del bien ”, destaca la regidora. Por ello se ha establecido un plan de restauración que tiene como objetivo recuperar la resistencia perdida por el cargadero como consecuencia de los daños de carácter durable que se han producido por el paso de los años.
Tal y como indica el proyecto, “la corrosión en la estructura metálica es severa y se produce de manera generalizada sobre toda la estructura y de una manera más intensa en las partes bajas de la estructura”.
Debido al avanzado estado de deterioro de la estructura metálica de la parte inferior (cordón inferior y tablero), se proyecta la sustitución de los perfiles y chapas por otros de igual geometría y acero de semejantes características, pues resulta imposible mantener los elementos existentes.
Para permitir los nuevos usos, que implican el acceso peatonal de una parte de la estructura, se requiere establecer una serie de refuerzos en elementos puntuales. Se ha limitado el área accesible, minimizando el número y la magnitud de dichos refuerzos.
Para mejorar los accesos al cargadero, donde se han producido deslizamientos que obstruyen los túneles, se han planteado una serie de actuaciones para restaurar los daños que se han producido en los mismos, mediante su tratamiento superficial, y para prevenir nuevos deslizamientos en la ladera.
Según la alcaldesa, se trata de un Bien de Interés Cultural que es «único»; es el último cantilever de España, con gran importancia en el patrimonio mineral del municipio, y cuya rehabilitación se ha estado reclamando durante muchos años. Herrán ha explicado que el Consistorio consiguió una subvención cultural por parte del MITMA de 1.125.000 euros destinada a este proyecto de rehabilitación del 1,5 % cultural.
Unas obras “muy esperadas, que se hacen realidad gracias al compromiso del gobierno de España, del gobierno, de Pedro Sánchez y de la vicepresidencia del gobierno de Cantabria, dirigida por Pablo Zuloaga”, indica Susana Herrán.