El Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, ha advertido de la presencia en Cantabria del picudo rojo de las palmeras, un coleóptero barrenador que vive y se alimenta en el interior de las palmeras, de tal manera que las larvas excavan galerías debilitando al ejemplar llegando a causarle la muerte.
Aunque no está categorizada como una plaga de cuarentena por la Unión Europea, el riesgo de la consiguiente pérdida de ejemplares de considerable valor histórico y ornamental y el riesgo que supone para las personas en espacios de uso público ha llevado a la Consejería a pedir la colaboración de ayuntamientos y demás entidades locales, así como propietarios de fincas privadas para eliminar todas aquellas palmeras que detecten que están afectadas y sus restos.
Para ello, ha pedido a los ayuntamientos y demás entidades locales que informen a sus vecinos de la problemática existente y de los métodos para su eliminación para no dejar material vegetal infestado o dañado en lugares incontrolados y destruidos adecuadamente.
Así, se recomienda el triturado fino y la incineración, dentro de los límites normativos sobre quemas de residuos vegetales, así como el enterrado a una profundidad mínima de un metro.
En todo caso, la Consejería recomienda recoger el material afectado y transportarlo a un lugar adecuado para su enterrado, o en su defecto, facilitar algún punto para que los afectados puedan trasladar el material vegetal afectado y proceder a su enterrado.
En este sentido, la Consejería ha llevado a cabo los trámites necesarios para poder incinerar restos vegetales afectados por esta plaga en la planta de residuos de Meruelo, así como la realización de enterrados con la correspondiente autorización individualizada de la Dirección General de Desarrollo Rural y el contacto previo con la empresa pública MARE para advertir de la entrada de este tipo de residuo a la planta.
Así lo ha explicado hoy el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, durante la charla informativa que el Gobierno de Cantabria ha organizado en la sede del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA) para explicar las estrategias de control a emplear frente al picudo de las palmeras, y que ha sido impartida por Vanesa Tilán, de Arbolart.
En colaboración con la Asociación Cántabra de Jardineros se ha organizado esta charla presencial, y otra telemática, esta tarde, con el objetivo de llegar al mayor número de afectados posible.
Consciente de la gravedad del problema, el consejero ha asegurado que su departamento “colaborará en la medida de sus posibilidades en su contención, facilitando las gestiones administrativas necesarias y realizando labores de coordinación y divulgación en la materia”.
Blanco ha alertado sobre la incidencia de esta plaga que, en comunidades como Galicia, ha destruido cerca del 80% del censo de palmeras registrado.
Asimismo, ha precisado que el picudo rojo de las palmeras es una plaga que actualmente no está categorizada como de cuarentena en la Unión Europa, “por lo que no existe normativa que obligue a la Administración regional a realizar actuaciones oficiales para la erradicación o contención de la plaga”.
No obstante, se ha mostrado partidario de llevar a cabo una serie de actuaciones que puedan contener la expansión de la plaga, dada la singularidad y el valor ornamental de algunos ejemplares, tanto en espacios públicos como en jardines privados.
Finalmente, ha agradecido la labor que está realizando la Asociación Cántabra de Jardineros, a la hora de desarrollar protocolos conjuntos de actuación con la Consejería que incluyen medidas de divulgación y formación, así como de prevención y erradicación.
En el acto ha estado acompañado por la directora de Desarrollo Rural, María Luisa Pascual; el presidente de la Asociación de Jardineros de Cantabria, Salvador Vicente, así como diverso personal técnico del Centro de Investigación y Formación Agrarias, dependiente de esta dirección general.
El picudo rojo
Originario del sureste asiático, el picudo de las palmeras es uno de los insectos más dañinos para las palmeras. Vive de 12 a 16 semanas y deposita hasta 500 huevos en las heridas de la planta, normalmente en la base de las hojas. Los daños que causa en las palmeras son debidos a la actividad alimenticia de las larvas y de los adultos en menor medida.
Sus fases de reproducción son cíclicas. El escarabajo deposita los huevos en la palmera. Entre 2 o 3 meses después de esta puesta, se transforma en capullo con larvas y cuando están en periodo de alimentarse penetran en el árbol, donde crean galerías y se van comiendo todos los brotes. Así, evitan su desarrollo e impiden que la palmera crezca. Pasada esta fase, se convierten en otro nuevo escarabajo que volverá a empezar el proceso.